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13 de junio de 2024

Cambio de posición

Consisten en la rotación o giro del individuo hasta lograr un cambio postural completo, por ejemplo, al pasar de decúbito lateral a supino o sedente. Para posicionar a un paciente, se debe considerar su condición general, tolerancia y objetivos terapéuticos.  Las siguientes recomendaciones son estándar, por lo que, según los requerimientos del paciente, se deben evaluar necesidades especiales, por parte del equipo multidisciplinario.

a) Sedente en silla, sillón o cama:

Es fundamental permitir que los pacientes puedan incorporarse al medio que los rodea, sin embargo, debe tenerse en cuenta que cuanto más se eleva el extremo de la cabeza, más pequeña es la superficie de contacto y más aumenta la presión sobre los isquiones. La presión es mayor en la posición de sentado erguido a 90° (Figura 1), porque la superficie de presión es la más pequeña. Por lo anterior, se debe poner límite al tiempo que permanece sentado.

Si el paciente se encuentra usando silla o sillón, estos deben contar con apoyabrazos (Figura 2), para aumentar la superficie de apoyo además de un cojín SEMP adecuado para su asiento. Si es posible, preferir posiciones con reclinación y con los pies apoyados, para evitar la exposición a cizalla por deslizamiento y la presión excesiva en la zona poplítea.

En caso de que el paciente se encuentra sedente en cama, se deben instalar almohadones que permitan apoyar los brazos (Figura 3).

b) Posición supina:

Mantener la cabecera de la cama lo más plana posible. Si se requiere elevar, utilizar un ángulo de inclinación de 30° o menos, para minimizar la deformación de los tejidos blandos.

Para adoptar una posición semisentada, se debe alcanzar un ángulo de 30° en ambos extremos (cabecera y pies) y así evitar la cizalla (Figura 4).

Alinear el cuerpo en línea media, evitando rotaciones de cabeza, tronco y/o pelvis.

Cuando se utiliza almohada, esta debe cubrir desde el nivel escapular hasta sobrepasar la línea de la cabeza, para evitar hiperextensión e hiperflexión del cuello.

Posicionar la cadera del paciente a nivel de la articulación de la cama para evitar la flexión del tronco.

La extremidad inferior debe elevarse levemente (mínimo 10°, máximo 30°), flexionando levemente la rodilla para evitar su hiperextensión y el deslizamiento.

Alinear los pies. En caso de dismovilidad se recomienda el uso de posicionadores o cuñas, descarga de talón y/o tope de antiequino o alza ropa.

c) Decúbito lateral: 

Se debe usar la posición decúbito lateral de 30° (Figura 5) con preferencia a la posición lateral de 90°, manteniendo la cabecera lo más plana posible, para evitar el apoyo excesivo sobre los trocánteres.

En la posición de decúbito lateral de 30°, el paciente se gira alcanzando dicho ángulo con respecto al colchón y se apoya en la espalda con un posicionador o cuña que tiene un ángulo de 30°.

La parte inferior de las dos piernas está mínimamente flectada a nivel de cadera y rodilla, mientras que la pierna superior se coloca detrás de la inferior con una flexión de 30° a nivel de la cadera y de 35° a nivel de la rodilla.

Alivio de puntos de presión 

Es una técnica de reposicionamiento alternativo, para cuando no es posible realizar cambios posturales tradicionales, implica una descarga que redistribuye y alivia la presión directa sobre las prominencias óseas. Se realiza utilizando técnicas de manipulación manual y equipos que reduzcan la fricción y el cizallamiento. Esta técnica se recomienda especialmente en aquellos pacientes críticos inestables y que no puedan seguir un horario habitual de cambios posturales, en pacientes quirúrgicos o aquellos que por su patología no puedan o no toleren los cambios posturales o también como complemento de los cambios posturales habituales. Esta técnica se puede coayudar con la aplicación de otras medidas preventivas asociadas al cuidado de la piel como lo es el uso de los ácidos grasos hiperoxigenados (AGHO).

Reposicionamiento neonatal

Mantener en todo momento una posición de línea media, flexionada, contenida y cómoda, utilizando elementos o dispositivos de apoyo para el posicionamiento. La postura nunca deberá tener una contención restrictiva, pues eso impide los movimientos y sensaciones táctiles. Siempre debe dejar libre sus manos para que puedan estar cerca de su cara y boca.

Realizar cambios de posición por horario según norma, asegurando liberar especialmente la presión en la zona occipital. Al hacerlo con esta frecuencia no solo se previenen las LPP, sino que se estimula el desarrollo del sistema musculo esquelético, se facilita la regulación de los estados de vigilia /sueño, se regula el gasto de energía y se promueve el crecimiento simétrico de la cabeza (evitando la plagiocefalia).

Independiente de la postura, el ángulo de inclinación de la cabecera, de incubadora o cuna deberá ser elevada unos 30°. Además, debe darse apoyo a la planta de los pies en una superficie firme pero flexible, para permitir un estímulo sensible positivo o que proporcione una sensación de seguridad.

Mantener la superficie sobre la que descansa el RN, libre de objetos que pudieran causar daño.

Vigilar la presión que ejercen los dispositivos en la piel del RN al momento de reposicionar.