Entre aplausos y reconocidas por sus pares, las profesionales se despidieron de sus colegas y amigos en la última sesión del comité quirúrgico.

Las médicas Irene González Muñoz, jefa del servicio de ginecología y obstetricia; y Sara Espejo San Cristóbal, jefa de la unidad de procedimientos ambulatorios, se acogieron a la ley del incentivo al retiro después de más de 40 años trabajando en el Hospital de Ovalle, institución que ambas lideraron anteriormente ocupando el cargo de directoras y para resaltar su compromiso con la salud pública, sus compañeros de trabajo más cercanos las despidieron en su última sesión del comité quirúrgico, donde recibieron el reconocimiento de sus pares por sus años de trabajo.

Ambas llegaron al hospital cuando este no contaba con la dotación suficiente de doctores ni especialistas. Con el pasar de los años vieron crecer al hospital, su desarrollo y pusieron su toda su experiencia en la creación de las nuevas dependencias que hoy alberga al Hospital Provincial.

En este sentido, Sara Espejo, quién fue directora del hospital entre los años 1995 y 2002, recordó que “ver como los sueños que se tenían de ver un hospital más grande y mejor implementado se ha ido logrando. Me tiene maravillada porque nuestra unidad de procedimientos ambulatorios empezó con algo tan ínfimo, con más ganas que otra cosa y ahora se transformó en una unidad importantísima donde se da atención a tanta gente.”

Sin embargo, lo más importante en sus carreras son los pacientes por los cuales día a día forjaron su vocación de servicio público y de la relevancia de los funcionarios en el quehacer del hospital. Irene González, ex directora entre los años 2004 y 2009, enfatizó que “las instituciones las componen las personas y lo más importante para el desarrollo del trabajo diario, es decir, el objetivo por el trabajamos aquí, son nuestros pacientes, a ellos nos debemos y es por quienes estamos.”

También la ex jefa del servicio de ginecología y obstetricia, comentó como impulsaron varios proyectos que hoy permiten atender a la comunidad de Limarí, por ejemplo, “el año 2007 se gestionó que los pacientes de oftalmología no tuvieran que ir a La Serena y Coquimbo y se contrataron 3 médicos oftalmólogos con quienes empezamos abrir dicha unidad” detalló la profesional. Además, con la construcción del nuevo hospital, se extendieron las atenciones a pacientes de las provincias de Elqui y Choapa al tener servicios únicos en la región.

Mensaje para las nuevas generaciones

Entregar una buena atención es parte del mejoramiento constante de la salud pública, para esto y según la doctora Sara Espejo, lo más importante es que “conservemos la unidad, el deseo de que este hospital sea cada día mejor, de reencontrarnos entre cada uno de nosotros y compartir nuestros defectos, nuestras cualidades, conocernos bien de manera que el ambiente laboral sea siempre positivo porque de eso depende mucho la atención que le otorguemos a los pacientes”.

En la misma línea, Irene González acentuó que “yo creo que las nuevas generaciones tienen un gran potencial que deben aprovecharlo al máximo, cada uno debe poner lo mejor de sí para venir a trabajar y saber que va a sanar a alguien y sobre todo el deber cumplido.”

Por su parte, la Dra. Espejo, en su despedida dijo que “ha habido muchas dificultades obviamente, pero se han superado y eso es lo importante, superarlas con paciencia, con afecto con cariño, así que estoy contenta de irme y ver el Hospital tan bonito.”

Sobre este mismo tema, La Dra. González agregó que las nuevas generaciones tienen que asumir “primero el compromiso con la institución, llevar la camiseta del hospital bien puesta, sentirse orgulloso de levantarse y venir todos los días a atender a los pacientes, tienen que pensar que van a sanar a una persona, van a aportar con lo que hacen para que un paciente se mejore.”