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14 de noviembre de 2025

La detección temprana y el cuidado integral: claves en el manejo de la diabetes infantil

En los últimos años, el diagnóstico de diabetes en niños y niñas ha mostrado un aumento en las atenciones de la salud pública, incluso en lactantes. Especialistas enfatizan en la importancia de que las familias conozcan los factores de riesgo y las estrategias para un manejo adecuado de esta enfermedad crónica.

Si bien la diabetes tipo 1 —la más común en la infancia— tiene un componente autoinmune, existen factores genéticos que pueden predisponer a su aparición. En el caso de la diabetes tipo 2, esta se relaciona con hábitos de vida poco saludables, como el sedentarismo y una alimentación alta en azúcares, grasas, alimentos procesados y ultra procesados.

Existen señales tempranas que deben ser consideradas un signo de alarma en los padres y cuidadores, y por los cuales es fundamental realizar una evaluación. En este sentido, la Dra. Thamara Ortiz, endocrinóloga pediátrica del Hospital de Ovalle, comentó que “en pediatría, un estancamiento en el crecimiento o una baja de peso sin causa aparente siempre es un signo importante que debemos investigar, cuando el niño come más de lo habitual, cuando orinan con frecuencia -a veces los padres notan hormigas en la orina-. También hay que observar cambios en el comportamiento, niños más distraídos, con bajo rendimiento escolar o falta de atención. Estos signos pueden aparecer antes de una cetoacidosis diabética, que es una manifestación más grave”.

En cuanto al tratamiento, los avances tecnológicos han transformado la vida de muchos niños. “Hoy contamos con sensores de monitoreo continuo que permiten ver en tiempo real la glicemia desde el celular, las bombas de insulina facilitan la vida del paciente, calculan la dosis necesaria y administran la insulina de manera automática. Además, las nuevas insulinas basales pueden durar hasta 42 horas y las ultras rápidas permiten comer apenas cinco minutos después de aplicarlas”, destacó la endocrinóloga.

La escalera del tratamiento: nutrición, actividad y empatía

La doctora Ortiz, enfatizó que el manejo de la diabetes tipo 1 en niños debe entenderse como una “escalera del tratamiento”, donde cada peldaño, alimentación saludable, actividad física, uso adecuado de insulina, controles médicos y apoyo tecnológico son fundamentales. Sobre esto recalcó que “la actividad física no es optativa, es parte del tratamiento”.

Además, aclaró que “la diabetes tipo 1 no es contagiosa ni causada por malos hábitos, existe una predisposición genética” y destaca la fortaleza de los niños que viven con esta condición “son verdaderos guerreros que enfrentan no sólo una enfermedad crónica, ellos muchas veces son excluidos; necesitamos empatía y educación en las escuelas y comunidades”, sentenció.

La importancia de la alimentación y la actividad física

Por su parte, Camila Leiva, nutricionista del principal centro de salud provincial, explicó que la alimentación saludable y la actividad física son pilares esenciales en la prevención y el manejo de la diabetes infantil. “Una dieta equilibrada, variada y acorde a las necesidades de crecimiento contribuye a mantener niveles estables de glucosa en sangre y a prevenir complicaciones futuras”, señaló.

Asimismo, resaltó que “la práctica regular de actividad física mejora la sensibilidad a la insulina, y fomenta hábitos de vida activos desde temprana edad. En conjunto, ambos factores no sólo favorecen el control de la enfermedad, sino que también fortalecen el bienestar físico y emocional de los niños”, concluyó.