Más allá del tratamiento médico: Los desafíos de la psicología clínica oncopaliativa
Asegurar la dignidad y autonomía de las personas con el fin de entender el cáncer más allá de un problema físico es fundamental en el principal recinto asistencial de la provincia de Limarí.
Centrar los esfuerzos en garantizar la calidad de vida de los pacientes oncológicos, con un enfoque integral que fomente la participación activa de las familias y los equipos de salud, es a lo que apuesta el Hospital de Ovalle para abordar las necesidades físicas, emocionales y sociales, asegurando un proceso empático, fundado en estándares de evidencia científica y ética médica.
Actualmente, la unidad de cuidados paliativos del Hospital cuenta con atenciones psicológicas para acompañar y mejorar el proceso biopsicosocial que vivirá y experimentará el paciente oncológico, desde la toma del diagnóstico, hasta el final de la vida. En este sentido, el psicooncólogo del recinto hospitalario, Guillermo Hernández, comentó que “es fundamental integrar a la familia del paciente dentro del proceso biopsicosocial y proveerle de herramientas e información adecuada que les permita comprender de forma correcta y real a su familiar con patología oncológica.”
Objetivo Integral de Cuidado
Uno de los puntos principales en la mejora del bienestar de las personas oncológicas es respetar la autonomía y necesidades de estos más allá del tratamiento médico. Sobre esto, el psicólogo explicó que “con este enfoque nos aseguramos de que cada paciente sea visto como un todo, considerando aspectos biológicos, psicológicos y sociales que influyen en su calidad de vida.”
Otra clave de este programa, es la integración de la familia en el proceso con herramientas que puedan brindar un apoyo efectivo. “Comprender mejor la significación del padecimiento nos permite tener una mejor llegada afectiva y emocional que nos dejan entablar un proceso de empatía guiada por las evidencias científicas.” señaló Hernández.
Paradigma Biopsicosocial
Este modelo representa un cambio, ya que permite un entendimiento más profundo del paciente como sujeto activo en su proceso de cuidado, ofreciendo una visión más integral donde se revisan factores psicológicos y sociales que promueven un trato más personalizado y comprensivo que reconoce la complejidad de las etapas del cáncer.
Además, esta iniciativa se rige por principios de bioética que aseguran la beneficencia, no maleficencia, justicia y autonomía en cada decisión tomada, garantizando que los derechos y bienestar del paciente siempre sean la prioridad.